viernes, 16 de mayo de 2014

Forbes: Las 10 peores frases que puedes decir como carrera profesional

La revista realizó una encuesta y eligió las expresiones incorrectas que ninguna persona debe pronunciar en su centro laboral.



1. “Ese no es mi trabajo”. 
Esta frase va completamente en contra de los activos cruciales de la carrera profesional como la flexibilidad y la voluntad de aprender nuevas habilidades. Si lo que quieres decir es que no es tu especialización y que te va a costar realizar el trabajo, pide ayuda.

2. “Creo que…” 
Las frases que empiezan con “yo creo…” hacen parecer menos autoritario, y los compañeros de trabajo pueden verte como una persona débil. Es mejor dar directamente el mensaje sin prefacios.

3. “No sé”. 
Puedes dar la imagen de ser una persona perezosa o que no estás dispuesto a avanzar en el trabajo. Es mejor preguntar dónde se puede aprender a realizar esa tarea.

4. “No puedo”. 
Esta posición sugiere una rigidez y falta de voluntad para ser útil o proporcionar soluciones.

5. “Pero…” 
A veces parece que la palabra “pero” niega todo lo que se ha dicho anteriormente. Por eso es mejor sustituirlo por una “y” que suaviza el mensaje.

6. “Eso no es una buena idea”. 
En vez de lanzar un mensaje negativo que desestime directamente la propuesta, haz preguntas para investigar más al respecto.

7. “Lo intentaré”. 
O se hace o no se hace, pero no se intenta. Esa frase hará que surjan dudas sobre el resultado del trabajo.

8. “No fue mi culpa”. 
No intentes quitarte culpas de primeras porque parecerá que estás a la defensiva. Mejor interésate por solucionar el problema.

9. “Supongo”. 
Es una palabra que normalmente la gente utiliza para cubrir su respuesta por miedo a decir algo equivocado. Expresará tu preocupación por ello.

10. “Eso es imposible”. 
Dicen que nada es imposible. Por eso se trata de una frase muy negativa que tus jefes no querrán oír y que puede resultar contagiosa para tus compañeros.

lunes, 5 de mayo de 2014

Las 10 características de las personas “socialmente elegantes"

Cuando piensas en alguien socialmente “elegante” es probable que se te venga a la mente una persona impecablemente vestida. Sin embargo, es mucho más que eso.

Así lo plantea la psicóloga española y conferencista Patricia Ramírez Loeffer. “Para mí las personas socialmente elegantes no son las que van vestidas con estilo, esas que llevan ropa cara que les cae como un guante. Ni las que tienen buen tipo (figura) y cualquier trapito les sientan como si fuera de Dior. Tampoco las que llevan complementos con iniciales, ni firmas caras, ni esos bolsos y cinturones que todos sueñan con imitar”, afirmó la profesional en un artículo publicado en Huffington Post.

En este sentido, la especialista confeccionó un listado de las 10 características que -a su juicio- poseen las personas “socialmente elegantes” y porque deberías rodearte de ellas.

1. Son discretas

Patricia asegura que estas personas se caracterizar por no hablar de lo que desconocen o intimidades de otros. “Huyen de la rumorología. Son personas de fiar. Si eres de los que transmiten chismes, pregúntate: ¿a la persona de la que estoy hablando le gustaría que otros supieran su información?”, sentenció.

2. No necesitan hablar alto para que las oigan

La profesional afirma que este tipo de personas están “convencidas de que para comunicarse, incluso discutir, no hay que subir el volumen. El volumen de tu voz no te da la razón. Al contrario, pone a las demás a la defensiva. Nadie quiere hablar con un gritón o una gritona”.

3. No hacen comentarios hirientes o malintencionados

Por el contrario, ellas “saben hacer crítica constructiva, clara, honesta y sincera. No buscan la ironía ni los dobles mensajes para decirte lo que no les gusta”.

4. Su comunicación no verbal es pausada

Nunca verás a una persona socialmente elegante mirarte con desprecio o apuntarte con el dedo, dice la psicóloga. “Tampoco ponen caras que tengas que descifrar para saber si estás enfadado o tienes un problema”, asegura.

5. Se interesan por tu bienestar y siempre preguntas cómo estás.

En general son agradables y “se muestran interesados en lo que ocurre en tu vida, en cómo te sientes y en saber tus necesidades”, dice Patricia.

6. Te atienden y se relacionan contigo educadamente

“Independientemente de su posición social, estatus o jerarquía. Son personas humildes que respetan a los demás. No se sienten merecedores de la atención por encima de otros. Son educados con sus jefes, con los camareros y cuando conducen. Ser respetuoso y educado forma parte de su filosofía de vida”, sentencia la terapeuta.

7. Dicen “buenos días” y “adiós” cuando llegan o se van

Aunque esto parece una regla básica de cortesía, hay muchas personas que no la respetan. En este sentido, Ramírez señala que quienes son socialmente elegantes saludan siempre “incluso cuando no conocen a la gente. No sé en qué momento se perdió la costumbre de entrar en un banco, tienda, autobús o cualquier otro lugar y decir simplemente buenos días, con una sonrisa. La gente ahora entra en un comercio, mira al suelo y si puede evitar el contacto de todo tipo mejor”.

8. Sonríen

Ramírez señala que “sonreír es una muestra de afecto e interés por el otro. Transmite el deseo de agradar a los demás. Y abre los canales de comunicación. Las personas que sonríen de forma sincera, nos caen bien”.

9. La persona elegante no está esperando que tropieces

“Si tiene amistad contigo te tenderá la mano y si no, le será indiferente, pero no se recreará en tu fracaso. ¿Por qué? Porque sabe estar”, explica.

10. Sabe escuchar

La profesional indica que una persona socialmente elegante “no se comporta como si fuera la única persona con un mensaje interesante que transmitir. Te escucha, te mira, te acompaña y conversa, no monopoliza la conversación”.

“Las personas socialmente elegantes tienen un trato fácil. Se las ve venir. No tienen un pensamiento retorcido ni malicioso. Viven y dejan vivir, y en el camino, intentan llevarse bien con la gente. Es más fácil ser elegante que no serlo”, concluye Ramírez.

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